En este país de cultura oportunista nos estamos volviéndo meteorólogos, igual que nos hemos vuelto expertos en fórmula 1 o en economía gracias a la crisis. A nosotros está claro que estos conocimientos que integramos día a día no nos vienen afectando mucho. El sábado con más moral que el Alcoyano (señor al que no conozco y tampoco me apetece entrar en Wikipedia para conocerle), comenzamos nuestra ruta a las 8'30 a.m. desde el 501. Mientras un ciclón azotaba la cornisa Cantábrica y el Ministro del Interior aconsejaba no realizar deportes al aire libre el Club Ciclista la Glorieta y otros muchos ciclistas nos encarábamos con un levante de 2 pares. La sensación es extraña, la misma carretera por la que un día cualquiera ruedas a 35 Km/h, ese día no pasábamos de 15 Km/h. Me imaginé algunos de los problemas de física sobre resistencias, fuerzas opuestas, etc... Con todo esto nos entretuvimos durante unas 2 horas hasta que llegamos al punto de retorno donde todo lo que habíamos padecido se volvía de nuestro favor y nos empujaba a más de 40 Km/h, incluso en algunos momentos vi en mi cuentakilómetros setenta tantos por hora... Una pasada.

Pues el plan funcionó, Miguel por un lado y yo por el otro, como ángel y demonio (o este último por dos), le dimos unos argumentos de peso para que se viniera a las Palomas. La subida a este mítico puerto como siempre pone a cada uno en su sitio. Yo me encontré muy bien al inicio, iba con piernas, empecé a tirar la casa por la ventana subiendo a 16-19 Km/h, una pasada para mis condiciones. Pero pronto la parte más dura me puso donde me correspondía, en el lado de los de la marchetta a ritmo sin tirones ni escaramuzas a lo Contador como había venido haciendo. Pero saqué una conclusión positiva, si ese esfuerzo inicial consigo aguantarlo y dosficiarlo puedo hacer una subida muy digna el día de la Sufrida. Miguel a mi lado como siempre, el tío parece que ni sufre ni padece cuando se trata de subir, charlando, animando (aunque el dice que sufre por dentro, a su manera, ya me gustaría a mí). Al final hicimos la subida en 43 minutos, una pasada que todavía no termino de creer, sobre todo porque la vez anterior la habíamos hecho en poco más de una hora. En fin gusta ver como vamos progresando, aunque bajar de aquí...Y por cierto enhorabuena al Maestro que se portó hecho un MONSTRO subiendo los dos colosos gaditanos (con premio...).
Espero que Josetxu esté bien y que de señales de vida en breve. Y a esperar otro día de buen tiempo que nos permita volver a las montañas a prepararnos para lo que nos queda de temporada, que es TODO ;).
¡VAYA FOTO MÁS GUAPA!
¿Lo reconoceis?
Es una de las 2 revueltas de las Palomas, también conocidas como los Balcones.
Es uno de los mejores títulos de post que he visto en mi vida: la ciclogénesis perfecta. Y la foto del final...dan ganas de coger una bici y subir el puerto. O de coger un coche y contemplarlo, en mi caso.
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