lunes, 22 de marzo de 2010

La montaña mágica.

Este fin de semana, en la línea de preparación que llevamos, volvimos a tirar para la Sierra de Grazalema. En esta ocasión Josetxu sí hizo acto de presencia con lo que se estrenó en la subida de un gran coloso como es el Puerto del Boyar. Luego hizo lo propio con las Palomas aunque por su cara más cortita, desde Grazalema. Lo acompañó el Maestro, mientras los locos de la aventura que en este caso seguimos siendo Miguel y un servidor, nos dimos la vuelta camino de Zahara con descenso del Gaidovar y luego subida a las Palomas por su vertiente competitiva.
Lo más destacado de esta jornada pudo ser que se van definiendo los papeles en la montaña como viene siendo habitual. Josetxu se puede considerar "cascarón de huevo", todavía es pronto para encasillarlo. Por su parte Manolo, desde mi humilde punto de vista y valga la corrección, sigue con ese miedo a las subidas que le nace de no sé donde. Puede ir a más con el tiempo, sin duda, pero tiene que soltarse la melena, je, je... De todas maneras el pasado fin de semana estuvo más relajado y eso se notó en la subida al Boyar que la hizo mucho mejor. Miguel se va empezando a encontrar consigo mismo, tiene la ventaja de la mentalidad positiva y las ganas de mejorar que tiene. No hace asco a ningún tereno ni a ningún reto, el lema es: "¿Quién dijo miedo?". Además se le da muy bien la carretera cuesta arriba, tiene el tipo y la mentalidad del clásico "Grimpeur", un Contador de la Bahía. Yo sigo por mis fueros. Mantengo esa relación amor/odio con la montaña, tan irregular como de costumbre. Días muy buenos alternando con momentos muy malos. Días de mucha fuerza con subidas de infarto, mezclados con otros en los que la subida se convierte en un Calvario. Lo bueno es que voy encontrando el puntito de sufrimiento con beneficio añadido. Estoy llegando a ese ritmo castigón con el que se puede subir, sufriendo pero a la vez disfrutando, y eso me gusta. Algún día con tesón y esfuerzo lo conseguiré, je, je... Con lo que sí hemos disfrutado este fin de semana ha sido con los descensos. Lloviznando y con tráfico, descensos vertignosos, con algún que otro susto, al límite de la tragedia y de la gloria. Momentos en los que llegabas a sentir la grandeza y poderío de la bicicleta, siendo capaz de ir más rápido que coches, autobuses, etc... 
Yo ya estoy desenado volver, no sé que tiene esa montaña que cuanto más sufres en ella más te gusta. Masoquismo... Yo creo que no... Es ciclismo.

P.D. Rutómetro del sábado. 8 a.m. Glorieta 501. Dirección Paterna de Rivera. Desayuno en Venta la Liebre. Subida a Puerto Gali. Vuelta por San José del Valle. Total unos 170 Km. El que quiera, ya sabe.

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