Nos las prometíamos felices durante el otoño, cuando salíamos a entrenar a placer, días soleados, buena temperatura y poco viento. Esto era muy raro...
Efectivamente tras la llegada del invierno, venga temporales uno detrás de otro, uno o dos días para recuperar fuerzas y venga viento y agua. Azores nos ha abandonado a merced de las borrascas atlánticas. Es verdad que en esta zona se vive de lujo y tanta fama debe tener que hasta las depresiones atmosféricas vienen a comprobarlo.
De todas maneras estabamos avisados, la que nos cayó encima en Lora del Río era un presagio.
Esta tarde me he asomado a la ventana valorando la posibilidad de dar una vuelta y he decidido ...
Que mejor me quedo en casa. Al rodillo... O mejor dicho al Selle Italia (vaya telita el sillín, no me extraña que con estos sillines los profesionales vayan como van, estarán deseando llegar para bajarse) Otra vez... siempre nos quedará LA SUFRIDA 2010.
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