El entrenamiento en rodillo puede asemejarse a la comida casera congelada, está bien pero donde se ponga el menudito o el pucherito recién hechos que se quite lo demás. Pues en la bici pasa algo muy similar. Dar pedales en el rodillo, por mucho que controles los vatios, pulsaciones, pedaleo redondo, etc. No tiene nada que ver con salir, notar el aire en la cara, ahora levante ¿o poniente? El repecho, los baches, los simpáticos coches.
Estoy así porque estoy como lobo enjaulado. Justo ahora que pillo unos días de vacaciones, en los que había planeado salir todas las mañanas. Justo ahora entra el invierno con todo su elenco de fenómenos meteorológicos. Nada a casa, a comer, sentarme en el sofá, ir a centros comerciales y rodar en el insípido rodillo.
He leído varios planes de entrenamiento con rodillo, basados en pulsaciones, vatios, cadencia. Pero al final no son más que un lío de números, porcentajes (todos estimativos, con lo que siempre te queda la duda de la realidad) y umbrales. Al final tiene que hacerte la tabla, ponerla enfrente de donde entrenas y tener la suficiente templanza de mirar cada minuto que te toca. Nada más difícil para mi porque me tengo que quitar las gafas durante el entreno, se empañan, vas a 2000 pulsaciones, casi ni ves lo que tienes delante. Así que filosofía al canto. Vamos a ver de qué se trata, ¿de subir puertos de montaña? Pues nada una regla de tres sencilla. Si un puerto como el Boyar de 17 Km se tarda aproximadamente 1 hora en subir, pues lo suyo sería intentar conseguir estar en el rodillo a una intensidad parecida a la que hay que desarrollar durante la subida real, el tiempo necesario, p.e. 1 hora. Dicho así suena bien ¿No? Pero nada más difícil porque estar una hora a intensidad tope, con el calor y el sudor, cuesta. Por eso hay que ir poco a poco. Esta es la filosofía que he decidido empezar hoy después de hacer varias semanas de rodar no sobrepasando los umbrales anaeróbicos y con no mucha cadencia, por lo del ácido láctico.
Yo no sé si esto funcionará. Lo que sí es una evidencia es que en verano, cuando montamos todos los días a saco, la forma que pillamos es brutal, como para subir lo que sea.
El objetivo sigue puesto en la Sufrida 2010. Este año tal y como se presenta la nochebuena, meteorológicamente hablando, creo que nos vamos a quedar sin subida navideña al Puerto del Boyar. A ver si puede ser en Nochevieja.
Creo que las previsiones de fin de año no son mucho más halagüeñas.
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