Seguimos en el buen camino. Hoy habíamos programado jornada de kilómetros para ir haciendo las piernas y las mentes. Afortunadamente el día ha acompañado, sol y poco viento. La ruta escogida es nuestra Sufrida particular que incluye la subida a Puerto Gali desde Alcalá.
Una cosa buena tiene que haber tenido este invierno lluvioso y es que el campo está espectacular. Concretamente la carretera de Paterna a Alcalá tiene tramos que merecen bastante la pena. Todo muy bucólico, praderas de un verde intenso, los animalitos por ahí, el cielo azul, la verdad es que a falta de una foto (no me dió tiempo a sacarla del bolsillo) valga la descripción (prometo la foto).
Desde el punto de vista ciclista eso ha sido la jornada, ni tiempo a sacar la cámara del bolsillo. Yo me planteé la vía de servicio a tranqui porque si no después se me cargan bastante los gemelos. Ya en la carretera de Paterna la cosa fue bien distinta ahí sí empezamos a darle caña. Es una gozada cuando vas acoplado a la bici y rodando con buenas sensaciones en las piernas. Miguel con sus relevos explosivos y venga pa'lante. Lo mejor vino después con la subida a Puerto Gali (Vaya si se nos atragantó la tostada de la Liebre en esta ocasión, mucho pan y manteca, je, je...) Miguel tardó más de la cuenta en digerirla, y a mí como siempre se me indigestó tostada, repechos , etc... Tengo que mejorar en las subidas, por lo menos para sufrir un poco menos, hay que entrenar más. Puerto Gali tiene muchas zonas de descanso incluso un poco cuesta abajo, ahí plato grande y a rodar como alma que lleva el diablo. En una de las curvas me faltó un poco de asfalto y tuve que hacer alguna maniobra de recolocación, menos mal que no probé el suelo (por detrás se escuchó a Miguel exclamar su frase típica de: "¡Te falta carretera!"). Tras coronar vino lo peor primero y lo mejor de la jornada después. Casi tanto o más duro que p. Gali se nos hizo los 6-7 Km de carretera que pasan por el embalse de Guadalcacín y llevan a S. José del Valle. Vaya rompepiernas, como estamos en crisis y no estaban lo cuerpos para castigos decidimos llevar plato pequeño la mayor parte del tiempo. En S. José hicimos una parada pequeña para beber algo de sales (Aquiarius...vamos) y luego la gran pasada. El tramo de S. José a Torrecera rodando a 35-40 Km/h a relevos, sin mirarnos ni hablarnos (Bueno aunque casi desde que bajamos P. Gali yo no abrí la boca, la verdad es que iba concentrado en dar pedales y en mis cosas). Una vez llegamos a Torrecera yo ya sabía que salvo viento salvaje de cara, la cosa estaba hecha, y eso que nos quedaban unos 30 Km. La gran recta de la Ina también nos la comimos a relevos con velocidades también sorpredentes. En total 168 Km y unas 5 horas de bici.
La conclusiones de este entreno de larga distancia, es que casi duele más el culo y el cuello que las piernas, y que si nos damos caña en bajadas y llano podemos hacer las subidas un poco más a ritmo sin desgastarnos más de lo preciso. Aunque claro esto es teoría. Las sensaciones siguen suiendo muy buenas.
Esta semana hemos previsto reconocer parte del recorrido de la Sufrida, a ver que sorpresa nos encontramos.
PD. Estoy a la espera que Miguel adorne este post con una fotillo muy simpática en la gasolinera de S. José del Valle.

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